Imagínate tener la vida perfecta, la familia perfecta, la casa perfecta, las amigas y la pareja perfecta pero sentir que no encajas.
Que no perteneces a ese mundo, te sientes vacía, como si te faltara algo en la vida.
Un día despiertas entre cristales ensangrentados y ahí, en ese preciso instante descubres que había de diferente en ti.
Y lo conoces a él, con sus ojos inyectados en sangre de no descansar, con su actitud agria y su indiferencia abismal.
Y él te enseña a descubrir tu verdadero yo.
Ahora imagina que habías vivido en un limbo toda tu vida.
Bien, pues está es la historia de Alexa y Drake.