Se dice que existe una antigua leyenda que narra que, desde el instante en que una persona llega al mundo, su destino queda entrelazado con el de otra a través de un hilo rojo, que se ata a su dedo meñique. Este hilo, aunque no se puede ver, representa un vínculo indestructible entre ambas almas. A lo largo de la vida, aunque este hilo pueda estirarse o verse enredado por las circunstancias del día a día, jamás se romperá.
No importa la distancia que pueda separar a estos dos individuos, ni los numerosos obstáculos que se crucen en su camino; este hilo rojo siempre encontrará la manera de guiarlos el uno hacia el otro, o en nuestro caso la una hacia la otra.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...