Cuidar el corazón: Yo soy Betty, la fea

Armando se siente desesperado porque desde que Beatriz lo entregó a la junta no supo nada de su paradero, angustiado por la situación comenzó a pasar la mayoría de sus noches en bares, cuyo único motivo era poder, de alguna forma, aminorar su incertidumbre, tratar de entender el porqué de su actuar, aun cuando para cualquier persona podría haber sido evidente por la forma tan brusca en la que ella cambió.
Una noche de bar resulta ser decisiva en la vida del doctor, algo totalmente inesperado ocurre cuando él cae hasta lo más bajo enfrentándose a sus demonios y la frustración, dos elementos que lo llevan a responder a los estímulos de una manera bastante convencional y poco asertiva, pero es a partir de allí que tanto su futuro como el de Beatriz Pinzón Solano tomarán rumbos completamente diferentes y a la vez inesperados.
¿Será que sus vidas finalmente se unirán en un para siempre?

Fernando Gaitán es el dueño intelectual de la obra original (Yo soy Betty, la fea; 1999) Todos mi respeto para él y su legado imborrable.