En un mundo donde las tradiciones reales y las expectativas sociales pesan sobre los hombros de cada integrante de la familia real, la princesa Audrey de Norwick, anhela liberarse de las ataduras impuestas por su linaje. Decidida a seguir su deber de ayudar a su pueblo y generar un cambio positivo, se enfrenta al desafío de convertirse en reina sin renunciar a su deseo de libertad y autonomía, especialmente cuando se trata de elegir con quien compartirá su trono. Mientras tanto, en el principado en crisis, de Lanfield, el príncipe Theodore se debate entre su papel como líder, las responsabilidades que le exigen su posición y la libertad. Desafiante y cuestionado por su estilo de vida liberal, se encuentra en una encrucijada entre las expectativas de su concejo de gobierno y su deseo de vivir una vida auténtica. Ambos son presionados por sus respectivas madres para encontrar parejas aceptables en un intento por remediar sus situaciones: En ella, mostrar la imagen de una mujer "completa". Y en él, encontrar una unión que garantice un desarrollo económico para su nación. Aunque sus caminos reales nunca se hubiesen cruzado, sus vidas llegaron coincidir en algún momento, y de una forma especial. Sin conocer las conexiones con la realeza del contrario, compartieron un intenso fin de semana en un festival musical, marcado por la pasión y la complicidad de dos personas que jugaban a ser ellos mismo. Ahora, luego de un año, los dos jóvenes herederos volverán a verse las caras; teniendo que lidiar con el peso de las expectativas reales, el escrutinio implacable de la sociedad y los sentimientos suprimidos que aún laten en lo más profundo de sus corazones. En medio del drama protocolar y las intrigas de sus propias madres, Audrey y Theodore deberán decidir si seguir las reglas establecidas o arriesgarse a seguir sus propios deseos, más allá de la corona.