En un mundo de hombres, alfas, Daenyra a aprendido solo una cosa, sobrevivir.
Ser la menor de sus dos hermanos un beta y un omega, uno rey en cuestión de los siete reinos, y otro al que en definitiva le quedaba la corona de ser un idiota. Ella nunca creyó tener nada que hacer para con el reino hasta que bueno, las cosas tuvieron un cambio de ritmo.
Se presentó como Alfa, primer cambio.
Vermithor, la furia de bronce, el segundo dragón más grande del mundo, era suyo, segundo cambio.
Ciertamente ella creyó, ingenua que podría con esos dos cambios, la hicieron sentir importante, intocable.
Su hermano, tuvo a su primogénita. Ese golpe le cayó directo al estómago.
La niña, tenía sin duda, un olor atrayente, fue el tercer cambio que decidió ignorar por su paz mental, pero, cuando toda la familia estuvo reunida, junto con una niña de cabellos rojos llamada Alicent, sin duda Daenyra lo supo.
Estaba pillada y jodida.
Tres omegas.
Tres olores que la volvían loca, e irracional.
Ya estoy hasta la madre de escribir tantas historias sin terminar, pero aquí vamos de nuevo...
Donde un Draco Malfoy tiene autismo, fue abandonado por su madre y se hizo mejor amigo de Harry Potter antes que el trío de oro.
hay una serpiente blanca, un lobo negro y un diario.
Ah, y los fundadores lo ven como la cosa más linda del mundo.