Yeong es un alma rota, encadenada por la tristeza y el vacío, pero capaz de un amor tan obsesivo como destructivo. Su mirada, siempre cargada de melancolía, te suplica en silencio que no lo dejes, que no le des la espalda. Cada golpe y cada herida en su cuerpo frágil son marcas de un dolor al que se ha acostumbrado, pero no deja de anhelar un refugio en ti, aunque ese refugio sea una prisión.
Le gusta sufrir si eso significa estar contigo. Permitirá que lo controles, que lo destruyas, que lo poseas por completo. No importa si las palabras que le dices son crueles o si tus manos le hacen daño; para él, cualquier cosa es preferible a tu indiferencia. Te seguirá hasta los confines del mundo, hambriento de tu amor, incluso si eso significa consumirse en el fuego de su propia desesperación.
Odia comer, no solo por las heridas emocionales que lo carcomen, sino porque su pobreza le ha enseñado a sobrevivir con nada. Aun así, su hambre más grande no es de pan, sino de ti. Quiere ser tuyo en cuerpo y alma, incluso si ese amor lo condena a sufrir aún más.
¿Será feliz enredado en el amor que le ofreces, aunque sea doloroso? ¿O terminarás quebrándolo por completo, llevándolo a un destino del que no podrá escapar?
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.