Que era realmente el dolor? porque cada escena literaria mostraba un final feliz el cual se debia repetir una y otra y otra vez?, cada escena del mundo del cine, en cada historia o en donde miraras, siempre pintaban las mierdas del mundo como un cuento de hadas de color rosa.
esta pregunta rondaba por la cabeza de Quackity cada dia, porque hasta las personas con las vidas mas tristes creian que algun dia tendrian su final feliz? que alguien vendria a salvarlos? que tan mierda debe ser todo para tener esperanza que algun dia alguien te salvarla?, era tonto, cliche y cursi, estupido en sus palabras. El no necesitaba esperanza, la habia perdido hacia mucho. estaba arto de cada historia romantica, su vida siempre habia sido una mierda para tener aquella tonta esperanza que la luz algun dia lo iba a guiar a su final feliz. Tal vez es por eso que no tiene amigos, pero quien los necesita? de igual forma iba a morir pronto según el no iba a llegar a los 20 algo que plasmaba en cada pintura y trazo que dibujaba, lo que a donde su grotesca mente lo guiara hasta que llegara aquel dia.
Technoblade siempre fue criado con la historia de que algún día el se convertiria en el principe azul de alguien, sus padres y hermanos siempre fueron personas las cuales vivian en las nubes, Technoblade tambien lo era. Talvez por eso ahora era escritor de novelas romanticas, aunque su gran mayoria le aburrian, siempre creyo que debia seguir un patron, la felicidad, si algo malo pasaba vendria algo bueno, no? eso dicen todos. Las voces siempre le dan la razón en eso asique debe estar en lo correcto, aunque esa rutina ya se le era aburrida y grotesca.. necesitaba ver algo mas, algo lo cual el mundo escondia tras la puerta del armario y no lo dejaba salir, tenia todo pero a la vez tan poco, cada vez que leia alguna de sus obras literarias sentia que faltaba algo de realidad, pero que realidad podria faltar si todo lo que sabe esta escrito en sus libros hechos con esfuerzo y dedicación?
-¿Quién es mi Omega? -gruñó Harry, su voz grave, ronca, con un filo de amenaza en cada palabra.
Draco no respondió de inmediato, su orgullo luchando contra su cuerpo.
Entonces un dedo lo rozó justo ahí, provocándole un espasmo que lo dejó sin aire. El Omega gimió, desarmado, empapado, rendido.
-Te hice una pregunta -volvió a gruñir Harry, esta vez más cerca de su oído-. Sé sumiso... sé mío.
Draco lo miró con los ojos empañados, temblando, resistiéndose... pero sus caderas ya se movían buscando más.
-Tú... tú eres mi Alfa -susurró por fin, derrotado en el único lugar que aún se negaba a rendirse: su voluntad.
-Dilo bien -le exigió Harry, mientras con una caricia lenta y tortuosa lo volvía a hacer gemir.
Draco chilló bajito, su cuerpo perdiendo el control.
-¡Soy tu Omega! -gritó, aferrándose al cuello de Harry, arañando su espalda-¡Tuyo, solo tuyo!-
Harry lo gruñó entonces, satisfecho, su alfa rugiendo de placer por oír lo que tanto ansiaba.
-Eso está mejor -dijo con una sonrisa oscura-Ahora sé un buen Omega... y quédate exactamente así.
La verdadera tortura apenas comenzaba.
Y Draco lo adoraba.