Una vez en el hermoso reino de Domino nacieron dos princesas gemelas. Entre ambas bebés sólo existían tres diferencias.
La primera es el color de sus ojos. Mientras una de ellas poseía ojos tan azules como el cielo, los de la otra era oscuros. Tan oscuros como la muerte, el espacio y la penumbra.
La segunda diferencia son sus nombre. Vida y muerte. Yin y Yan. Florecer y Perecer. Bloom y Vanish.
La tercera y última diferencia son sus poderes. Bloom, la niña de ojos azules nació con los poderes del gran Dragón Sagrado que dio vida a todo el universo mágico. Vanish, al contrario, nació con el poder la oscuridad eterna. Aquella magia que es todo y nada, representante del vacío, de la nada, de la oscuridad y la muerte.
Los poderes de ambas bebés al no poder ser controlados salían al exterior de sus cuerpos y chocaban con sus opuestos creando tragedias y alterando el orden. Los reyes de Domino se vieron en la terrible obligación de separar a las niñas y criar solamente a una, mientras la otra estaría en uno de los lugares más lejanos del universo.
Vanish fue elegida para marcharse y fue entregada a la directora del colegio de Hadas Oscuras del octavo planeta del anillos superior, el reino de Calixto. Bloom permaneció con sus padres hasta que las tres brujas atacaron Domino y Daphne la envío al planeta tierra.
Dieciséis años después Vanish se gradúa de la academia de Hadas Oscuras y por la insistencia de la directora Faragonda decide estudiar también en Alfea. Cuando Bloom y Vanish se reencuentran comenzarán a investigar el pasado de ambas. Pero sus reacciones y sentimientos no van a ser similares.