En un mundo donde humanos y saiyajin comparten un mismo hogar, estos últimos viven una de las peores opresiones jamás vistas. Escuelas, barrios, tiendas y hasta ropa diferentes; esa era la vida que se tenía que vivir en un mundo así. Un mundo donde aquellos que pelean, están destinados a morir. Ese, es el mundo en el que me había tocado vivir. Y estas, son las memorias de aquel mundo ya marchito, aunque no del todo.
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