Amelie, tras una nueva regresión, estaba en su laboratorio, sumida en sus pensamientos y preparaciones mágicas. Por primera vez, desde que podía recordar, un sonido inesperado rompió la tranquilidad del momento: un golpe suave en la puerta, resonando como un eco en su espacio privado. Era un hecho inusual, algo que nunca había ocurrido antes, y que de inmediato puso en alerta a Amelie. ¿Quién podría ser? ¿Cómo había llegado allí? Sus pensamientos se agolpaban mientras avanzaba hacia la puerta, su mente trabajando a toda velocidad para descifrar el misterio. Cuando finalmente abrió la puerta, lo vio. Kael Darrow, el príncipe de los ojos dorados y la determinación implacable, estaba de pie ante ella. La sorpresa y la tensión se mezclaron en el aire entre ellos. Sin pensarlo dos veces, Amelie cerró la puerta de golpe, su corazón latiendo con fuerza. Pero en el fondo, sabía que ya era demasiado tarde. En ese breve encuentro, algo se había activado, un lazo invisible que los unía y que ya no podía deshacerse. Amelie comprendió en ese instante que, le gustara o no, se había involucrado con el príncipe, y que las consecuencias de ese encuentro serían profundas y duraderas.
Bell descubrirá algunos engaños de sus seres querido
Por un estraño deseó viaja entre mundos para hacerce más fuerte y poder volver a Orario y ser el último héroe
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