Se siente solo. Con otra maldición silenciosa, Yoo Joonghyuk se hunde aún más en los cojines. En su defensa, le resultó imposible compaginar su vida personal con la crianza de un niño al mismo tiempo. Pero ya han pasado cinco años desde que se retiró de esa carrera y se dedicó a la cerámica como pasatiempo para llenar su mente. No es que no haya intentado salir con alguien, lo ha hecho, incluso muchas veces. Cada vez resultó peor que la anterior. Es su complexión ancha y musculosa lo que ahuyenta a cualquier posible pareja, lo que le hace sufrir en sus intensos momentos de celo. Ni siquiera huele tan mal. Maldita sea... Quiere... no, necesita una pareja.