En una pequeña y aislada aldea, donde el sol apenas se asoma entre las montañas y la niebla nunca desaparece del todo, hay una casa abandonada en la cima de una colina. Nadie en el pueblo habla de ella, pero todos saben que está allí, vigilando en silencio desde las sombras. Los ancianos murmuran historias sobre susurros en la noche, sobre sombras que se mueven cuando nadie mira, y sobre aquellos que han entrado pero nunca han salido. Eva, una joven periodista de la ciudad, llega al pueblo en busca de una historia. Ha oído los rumores y, a pesar de las advertencias de los lugareños, decide investigar. Ella no cree en fantasmas ni en maldiciones; para ella, todo es producto de la superstición y el miedo a lo desconocido. Sin embargo, a medida que se acerca a la casa, comienza a darse cuenta de que hay algo más, algo que se desliza bajo la superficie de la realidad, algo que amenaza con desentrañar su propia mente.