Lo decepcionante de lo mágico es que no perdura para siempre, y lo cruel de las mejores historias es que terminan trágicamente.
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El treinta y uno de diciembre, Galen Jace falleció.
El treinta y uno de diciembre, Kaela Quins fallecería.
Él, sin embargo, ha impedido su lamentable suicidio.
Galen no era más que una misteriosa sombra merodeante para Kaela, pero el reencuentro entre ambos resultó un remedio dulce y capaz de demostrarles que el otro es más de lo que imaginaban. Él, anhelando descansar en paz y entregarle el último latido de su corazón a ella, se propuso demostrarle que la vida era un vaivén de situaciones y emociones complicadas, pero no inútiles.
Un cometa comparado con una maravillosa paleta de colores y brillantinas ha sido el causante de que la vida y la muerte danzaran juntos en el Parque de Invierno, al lado de una gatita nada ordinaria.
¿Podrá significar tanto la vida como para atesorarla?
¿La muerte será tan cruel como la llaman?
¿Existe el perdón para un alma desamparada?
• Obra totalmente mía, no acepto plagio de ideas, diálogos, personajes o narración •
Kim nunca pensó que mentir en su currículum la llevaría a una completa travesía con su joven jefe.
Nico nunca pensó que darle una oportunidad a Kim la convertiría en el amor de su vida.