Por temporadas se sentía vacía en demencia. Evitaba contacto con conocidos, para poder tener su momento y pensar sin estar presionada.
Pero ella no actúa sin razón, nunca fue así.
Toda persona confundida tiene razones para estarlo.
Pero ella ya no tenía tiempo para darse. Para ella ya llegó el momento de afrontar lo que tanto evitaba, de lo que tanto corría.
Ya no había tiempo en el mundo que creo en su mente.
Tenía obligaciones, esas obligaciones la harían estar en el mundo de muchos y luchar para recordar el suyo.
Es Liliana y ella estará empezando su vida. Incluso cuando aún tenga manos marcadas en su cuerpo.All Rights Reserved