En un reino rodeado por un mar infinito y misterioso, la princesa Delynne vivía en un espléndido castillo, admirada por su belleza y sabiduría. Su vida estaba cuidadosamente ordenada, llena de deberes y protocolos. Sin embargo, el destino tenía planes más audaces para ella, más allá de las doradas murallas de su hogar.
En lo profundo de las aguas turbulentas que rodeaban el reino, el capitán Dymond y su temido barco, la "pirámide", navegaban bajo las estrellas. Dymond era un pirata legendario, temido y respetado en todas las costas. Su corazón, en apariencia tan implacable como el océano, ocultaba secretos y deseos que ni él mismo entendía del todo.
Una tormenta, feroz e inesperada, alterará las vidas de estos dos mundos aparentemente opuestos. Mientras la tormenta arrasa con todo a su paso, un encuentro fortuito en medio de las olas despierta una conexión tan profunda como el propio abismo marino. El amor entre la princesa Delynne y el capitán Dymond no solo desafiará sus destinos, sino que también desatará una fuerza que cambiará el curso de la historia.
Al defender a su familia de un asaltante y morir, Alicia es transmigrada a un mundo del matriarcado, donde las mujeres son el pilar y las que mantienen a la familia, mientras los hombres son los que se quedan en casa.
Lo más sorprendente para Alicia no es el sistema en el que se rige la sociedad, los hombres, que no solo son los que dan a luz, si no, que se dividen en dos.
Los oro, la clase baja que tienen tendencia a dar a luz a otros hombres.
Y los jade, la clase alta que tienen tendencia a dar a luz a mujeres.
No solo eso si no que al ser las mujeres un bajo porcentaje, las familias se conforman por un harem de hombres, los cuales no son vistos más que como máquinas de hacer bebés.
La imagen la saque de internet créditos de la imagen a: "Alya".