Violeta es una rata de biblioteca que derrocha su sueldo en comprar libros. Quizá, en parte, lo haga porque la repartidora que va con asiduidad a su casa le atrae un poco. Aunque ella no quiera admitirlo, claro. Por otro lado, Chiara tiene la cabeza llena de nubes con un trabajo que detesta. Salvo los días que una chica, de la que solo conoce su nombre, le abre la puerta para recibir su pedido. Días en los que, inevitablemente, se le escapa una sonrisa.