Red había escuchado a muchas personas asegurar que tenían el corazón roto, incluso a su madre, la Reina de Corazones. Debido a esto, muchas veces intentó imaginar las razones por las cuales los corazones se rompen; tal vez se rasgaban tras una caída o como consecuencia de una enfermedad. Aunque su respuesta no tardó en llegar, cuando en una tarde de lluvia inversa de invierno, en una de las tantas ocasiones en que se preguntaba cómo era posible dañar un corazón y que las personas siguieran respirando, el Sombrerero le explicó:
-¿Recuerdas cuando te enojaste con el Jabberwocky porque rompió tu juguete favorito y no jugaste con él durante una semana? -dijo el Sombrerero, mientras la pequeña Red asentía-. Bueno, cuando discutimos o dañamos a las personas que queremos, lastimamos una parte de su corazón. Y, aunque no deja ninguna marca o rastro de dolor físico, aun así nos duele por dentro. Por eso, cuanto más queremos y nos acercamos a una persona, más nos hiere cuando la perdemos o esta nos daña.
-¿Mamá quiso mucho a alguien? -preguntó Red.
-Efectivamente, tu mamá quiso con todo su corazón a las personas equivocadas, y eso resultó en una herida dolorosa para ella -respondió con tristeza su amigo.
-En ese caso, ya no quiero querer a nadie más -declaró la princesa de Corazones-. Cuidaré mi corazón y no dejaré que nadie lo tenga para no terminar como mamá.
Aclaración: Ninguno de los personajes me pertenece, es una adaptacion realizada por mi tomando como base a los personajes existentes de la cuarta entrega de la saga Descendientes: "Descendientes: El ascenso de Red".
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