Quizás no importaba si aquello estaba mal; al fin y al cabo, ¿quién podía juzgarlo cuando incluso su propio Dios había cometido pecados? Sentir los labios que tanto anhelaba sobre los suyos lo hizo olvidar todo, incluso la absurda profecía... ¡oh, esa profecía! Si tan solo no existiera. Pero no había nada que pudieran hacer; Jungkook y Taehyung simplemente no estaban destinados a estar juntos.