Es optimo aquel cauterio, Aquellos adivinos de lo desconocido, la cálida dulzura del desdén continuo. Aquel ponderado de un mendigo amo, que solo sirvió como Atalaya en medio de murgas. No te batas opción en medio de andanzas, En cuan presagia he corrido sin inicio, Lo magnifico del céfiro se ilumina como estrella. pero se arrastra como fanfarrón. Una zancada a punto de prevalecer termina como aguijón de una flecha perdida.All Rights Reserved