Suguru conocía a Satoru de toda la vida, pero no supo en qué momento eso se convirtió en algo más... algo tan irremediable porque... Suguru era un alfa, al igual que Satoru. No se suponía que debía excitarse bajo su toque, no debería anhelarlo, y mucho menos debería gustarle su fuerte feromona; eso era algo que solo estaba permitido para un omega. Pero... ¿por qué se sentía tan bien?All Rights Reserved
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