La nada y el todo entrelazaron sus manos, miraron la eternidad en los ojos contrarios y, como si lo hubiese escrito el destino, danzaron en dulce e inescrutable sincronía. - ¿Sabes que nos depara el futuro? - Mi amada flor, no existe nada más en mi corazón que nuestro presente - ¿Puedes decirme por qué lagrimas salen de tus ojos? - Es que... Me hubiera gustado que este momento no fuera más que un actual recuerdo, danza conmigo antes que los rayos del alba toquen mis cansadas ventanas.
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