Cada una de estas misivas, teñidas de fervor y desesperación, es un suspiro escrito con la tinta de mi devoción por ti. Con cada palabra, revelo mi lucha interna, mi deseo insaciable y, en momentos de desolación, mi coraje transformado en amargas confesiones. Estos escritos son un testamento de la valentía que nace de amar y, a la vez, de la cobardía que me impide luchar por el corazón que tanto anhelo. Me he desnudado en el papel, mostrando la cruda vulnerabilidad de un amor que persiste a pesar de todo. Aunque deseo dártelas, estas cartas nunca llegarán a tus manos, quedarán como testigos mudos de mi amor y mi cobardía. Título alternativo: Las mil y una noches que te he amado.