Para algunos, la vida no era más que un sádico sufrimiento constante.
Él era una de aquellas personas que desearía no haber nacido, pero que no tenía el valor suficiente como para acabar con todo. Uno de aquellos muchachos que jamás había conocido lo que la palabra 'felicidad' significaba, pero que tampoco se había propuesto hacerlo. Alguien que no emitía palabra alguna, no porque no quisiera, no porque sea tímido, si no porque al intentarlo, se perdía en su propia mente y nadie era capaz, o más bien nadie se atrevía a hacerle reaccionar. Él era Harry Styles, él era autista.