"Sí, una vez conocí a una chica. Fue durante unas vacaciones. Habíamos decidido ir a Francia, mis amigos se fueron a cenar, pero yo me quedé solo, contemplando la ciudad. Aquella noche en París, compartí un baile con ella. Nunca logré sacarla de mi cabeza ese verano." Eso es lo que él dice de aquella noche. Un romántico incurable. Quizás algún día les cuente su versión de nuestra historia, pero hoy es mi turno. A veces, los romances no son tan dulces como los imaginan. El pasado tiene una manera curiosa de colarse en el presente, y cuando lo hace... bueno, eso siempre complica las cosas. Porque, en realidad, nunca es solo una historia de dos.