Tras dos años de matrimonio, Elinor comprendió qué su matrimonio era un fracaso, durante ese tiempo trató de que Benedict la amara, pero el heredero de la corporación Bercelli simplemente la odiaba. Un hombre guapo, codiciado y rico, ella era la envidia de toda mujer, pero nadie sabía que dentro de esas cuatro paredes se escondía el desprecio de su esposo sin saber la verdadera razón, ¿qué había detrás de todo este odio? ¿Qué escondía Benedict? Tal vez era el hecho de que él quería casarse con él amor que un día le salvó la vida. Elinor, cansada de esto, decide marcharse lejos, pues ni su familia la quiere por haber dejado libre a un hombre rico. El tiempo ha transcurrido y la directora de Bercelli ha decidido nombrar a su sucesor, Benedict; quien es su hijo parecía que sería el elegido, mas la decisión de su madre lo deja sorprendido y confundido, cuando delante de todos presenta a Elinor como la nueva directora.