Todas las cosas tienen un inicio.
Todo puede ocurrir imprevisto.
Y... A veces sin querer puede que resulte de manera diferente a la que quizá esperemos.
El universo, los planetas, las sociedades, todo lo conocido por después de Dios tuvo un principio. Yo igual...
Nadie me conoce personalmente, solo escuchan hablar de mí. Nadie habla conmigo, más su interés en como yo esté es notable. Nadie me ve directamente, más sí me sienten presente. Mi concepción se dio en el primer instante en el cual ellos se miraron... Mis creadores, ahí comenzó todo.
Yo no existía, ni siquiera sabía lo que era estar vivo. Mi primer respiro fue cuando ellos cruzaron sus miradas por primera vez, de una manera tan sencilla yo empecé a vivir. Cada que ellos no se hablan, no están juntos o no ocurre algún acontecimiento mutuo yo me duermo... No puedo percibir que ocurre... ¿Por qué?, aún no lo comprendo del todo, pero así funciona.
Ellos están conscientes de que hay algo en el ambiente, yo estoy allí pero solo con sus corazones es que me pueden percibir. Los amo; a ambos.
No soy ella, ella es solo una ficha que me mantiene vivo. Es una persona, yo no. Sus sentimientos los percibo pero más de una vez no los comprendo. ¡Ella es tan compleja de entender!
No soy él, ¡ja!, no hace falta adentrarme en su corazón para darme cuenta que lo que siente por ella es demasiado intenso, no puede ni quiere ocultarlo. Diría que eso formó un poco mi personalidad.
¡Más complicado imposible!, cierto... Pero ahora les voy a decir quién soy yo.
Soy SU historia... Y es tiempo de contar las cosas a mi forma...