Las apariencias engañan, y los sentimientos también. Los hechos moldean a las personas, pero no siempre logran endurecer sus corazones. A veces, un corazón tierno puede transformarse en su opuesto, devorado por una avalancha de emociones que nos consume y afecta nuestras vidas cotidianas. Si esto representa un desafío para personas comunes, imagina el tormento de una figura pública, atrapada en la imposibilidad de expresar lo que realmente siente, refugiándose tras una coraza. Sin embargo, es imposible ocultarse para siempre de la luz del sol, y menos aún de la calidez de los sentimientos que empiezan a echar raíces en tu interior.