𝗜𝗻𝗱𝗶𝗴𝗻𝗼 𝗱𝗲 𝘀𝗲𝗿 𝗵𝘂𝗺𝗮𝗻𝗼

En un rincón olvidado del universo, donde el destino se entrelaza como suspiros de estrellas, El Experimento 110, un arma creada en el crisol de la ciencia, emerge. No es un nacimiento, sino un tejido de fragmentos, un rompecabezas de tres identidades ajenas. Su existencia, como un verso encriptado, lo hace inhumano, un ser que desafía las leyes del Multiverso.

Allí, en la Tierra, un lugar que desconoce, 110 encuentra a Rubius, cuyo corazón es un abismo de silencio, uno casi tan profundo como el de él.

Rubius y su Alfa, Vegetta, otorgan a Spreen, lo que nunca tuvo, una familia llena de compasión. Así, se convierte en el dueño de "El Pollo Feliz", donde la cocina es más que un trabajo, es un refugio para un corazón que no late.

Nadie se atreve a acercarse a él demasiado, temeroso de las grietas que podrían congelar sus propias almas. Solo Juan, el hechicero del Pueblo Verde, es uno de los privilegiados de poder conocer más allá de su muro de seriedad.

El hechicero, cuya curiosidad es un fuego inextinguible, logra que el Experimento 110 le revele secretos que solo el mismo Multiverso conoce. Se enciende su hambre de conocimiento y se lanza en busca de la clave, el hechizo que desvele los misterios más allá de lo visible. Pero mientras desentraña su propio misterio, un alboroto en el Pueblo Naranja sacude la tranquilidad.

Un Arcángel llega sin ceremonia, y Spreen, antes invencible, cae. Juan intenta preguntar, pero el oso no escucha. El frío se intensifica, y el corazón de 110, ahora hecho añicos, es un abismo más profundo que el Multiverso mismo.

El hechicero busca respuestas en los ojos de Spreen. Pero la verdad podría ser más dolorosa de lo que imagina.

A veces, el frío no es solo una temperatura, sino el eco de un alma rota. Es la ausencia de lo que nunca pudo ser, un abrazo angelical, un corazón indigno de ser humano.

Por favor, leer el primer comentario del primer capítulo para más información.