23 parts Ongoing No toda rivalidad nace del odio. Algunas nacen del espejo más cruel: el reflejo de aquello que no podemos controlar.
Mikejima Madara y Tenshouin Eichi no se soportan. O eso es lo que se repiten cada vez que cruzan miradas, cada vez que intercambian frases afiladas en pasillos vacíos o en salas de ensayo ocupadas por el peso de todo lo que no se dicen. Uno representa la libertad caótica del viento, la risa desbordada y el alma sin cadenas. El otro, la disciplina del orden, el deber de la corona y una sonrisa que esconde más de lo que revela. Pero entre ambos, hay algo que vibra. Algo que ruge en los silencios y arde en los encuentros fortuitos que se vuelven rutina.
La tensión no es solo profesional. Es visceral. Eichi ve en Madara todo lo que no puede ser: un hombre libre, rebelde, sano, incapaz de ser domesticado. Madara, en cambio, odia el control pulcro de Eichi, su forma de regir el mundo como si pudiera preverlo todo, incluso el corazón humano. Y sin embargo, hay momentos como el eco de una puerta cerrándose, como una conversación envuelta en sarcasmo que se desliza lentamente hacia la verdad, donde algo se resquebraja.
Una historia de enemigos que tal vez nunca quisieron serlo, de heridas disfrazadas de orgullo y de emociones que se niegan a morir. La narrativa avanza con una tensión densa, casi física, donde cada roce visual y cada frase cargada son campos minados de deseo contenido.