Mi nombre es Evangelique, y no soy como las demás chicas. No vivo pensando en chicos, chismes, ni en fiestas que terminan al amanecer. Yo tengo una meta: encontrar justicia para mi hermana.
Dicen que hay cinco etapas del duelo. Negación, ira, negociación, depresión y aceptación... pero para mí hay una más: venganza.
Hace cinco años, mi hermana fue asesinada, y desde entonces, todo ha cambiado. No descansaré hasta encontrar al hombre que le arrebató la vida. Los demás pueden conformarse con aceptar lo inevitable, pero yo no. Mi hermana merece justicia, y yo pienso dársela, cueste lo que cueste.
Mi vida ahora es una lucha contra la oscuridad, y estoy dispuesta a ir hasta el final para que pague por lo que hizo.