La ciudad de Bogotá, con sus imponentes cerros y su bulliciosa vida urbana, nunca había conocido un silencio tan profundo. Las calles, normalmente llenas de vida y movimiento, ahora estaban desiertas, cubiertas por una neblina espesa que parecía susurrar secretos oscuros.
Luciano, un joven de treinta años con una mirada decidida y un pasado lleno de cicatrices, se encontraba en la azotea de un edificio en Chapinero. Desde allí, podía ver la extensión de la ciudad, ahora transformada en un paisaje post-apocalíptico. Los rascacielos, que antes simbolizaban progreso y modernidad, ahora eran meros monumentos de una civilización caída.
Todo comenzó hace tres meses, cuando un misterioso virus se propagó por la Sabana de Bogotá, convirtiendo a sus habitantes en criaturas sedientas de carne humana. Luciano había perdido a su familia en los primeros días del brote y desde entonces, había jurado sobrevivir a toda costa. Con su mochila llena de suministros y su machete siempre a mano, se preparaba para una nueva jornada de lucha y supervivencia.
El sol comenzaba a asomarse por el horizonte, tiñendo el cielo de un rojo sanguinolento. Luciano sabía que cada amanecer traía consigo nuevos peligros, pero también una nueva oportunidad para encontrar respuestas y, tal vez, una cura. Con un último vistazo a la ciudad que una vez amó, descendió las escaleras del edificio, listo para enfrentar lo que el día le deparara.
Suponiendo que no fue Padme, sino la hermana de Padme, Azizi, la que cayó en ese mundo, la que en una novena se convirtió debido a su curiosidad y debido a ese oscuro secreto que es Damián.
Tal vez hay algo más en ella, algo más oscuro que su aparente personalidad y rostro angelical. Tal vez Damián logró escudriñar más a fondo esos ojos tan extraños.
Tal vez nada es lo que parece como siempre.
-----
Alex Mirez es la dueña todos los personajes excepto Azizi.