Me perdí en su sonrisa, tan perfecta y cálida, que olvidé lo que siempre supe en el fondo: hasta el ángel más hermoso puede ocultar el demonio más despiadado bajo su piel.
Ahora, aquí estoy, atrapada en la penumbra de mi propio corazón, impotente ante los ecos de mis decisiones. Las noches se han vuelto un campo de batalla, donde cerrar los ojos significa enfrentarme a la oscuridad que acecha, una y otra vez.
Pero, escucha bien: no me arrepiento. No lamento lo que hice aquella noche, cuando sellé mi destino con una decisión que nadie más habría comprendido. Porque al hacerlo, lo salvé. A la única persona que verdaderamente he amado. Lo protegería una y mil veces, incluso si eso significa perderme a mí misma en el abismo.
¿Consecuencias? Por supuesto, cada acción tiene su precio. Cada pacto trae consigo una sombra, una deuda que tarde o temprano debo saldar. Y lo sabía. Lo sabía desde el principio.
Solo hizo falta un pacto. Uno. Y todo cambió.
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Es importante mencionar que esta historia es originalmente mía, por lo que no se aceptan copias o adaptaciones sin mi autorización.
Aquella traición provocó dolor, el cual después se transformó en superación de si misma. Adalia Weber luego de la traición de los hermanos Müller se hizo una sola promesa.
No volver a confiar en hombres.
Pero todo cambia cuando un encuentro inesperado los hace nuevamente chocar sus caminos y se pone en duda su promesa.
Adalia tendrá que luchar entre lo que desea y la promesa que ella misma se hizo prometer.
El deseo aveces es más grande de lo que uno puede creer.
¿Será que este será el Renacimiento de la Reina de los hermanos Müller?