Nunca creí en las coincidencias, soy más de creer en que las cosas que nos tocan vivir y las personas que llegan a nuestras vidas tienen un propósito, vienen a enseñarnos algo, ya sea para bien o para mal. Desde el cáncer de mamá tuve que tomar un papel en casa que no me correspondía, no pude terminar de ser un niño porque ya me tocaba ser un adulto, cuidar de los demás y ponerme de último en mi lista de responsabilidades. Pero cuando la conocí pude saber lo que era ser tomado en cuenta, me desnudó antes de siquiera sacarme la ropa, pude ver cada parte de ella y ella cada parte de mí, por fin tenía un lugar al que llamar "Hogar". Estábamos sanando cosas que nosotros no rompimos y creo que eso no puede ser una simple coincidencia.All Rights Reserved
1 part