En un mundo antiguo, los dragones eran los guardianes y protectores de los reinos, cada uno alineado con un elemento de la naturaleza: fuego, agua, tierra, luz y sombra. Estos poderosos seres vivían en armonía con los humanos, gobernando junto a ellos y asegurando la paz en el mundo. Sin embargo, una traición de origen desconocido hizo que los dragones desaparecieran misteriosamente, dejando los reinos vulnerables a la amenaza de bestias temibles que emergieron de las profundidades de la tierra, los océanos y los cielos.