Hay cafés que despiertan más que el cuerpo. Despiertan heridas, deseos, historias dormidas... y a la persona que menos querías volver a ver. Mateo. El pasado que la rompió y nunca terminó de soltarla. El amor que dolía, pero que aún latía en alguna parte de su pecho. Y en medio de ese caos, apareció él. Balti. El dueño de la cafetería. El hombre que, sin saberlo, iba a desafiar todo lo que Ariadna creía sobre el amor, el deseo... y sobre sí misma.All Rights Reserved