Aether, un joven artista introvertido, vive en una casa roja heredada por un familiar desconocido. La casa tiene un aura extraña que lo atrae y lo repele al mismo tiempo. Aether sufre pesadillas recurrentes con un hombre misterioso que le susurra algo que él nunca puede entender.
Elio, un millonario excéntrico con una fascinación por lo antiguo, sueña con la casa roja y con Aether desde que era niño. La casa y el chico se le aparecen en sueños con una intensidad que lo obsesiona. Un día, Elio viaja a un pueblo para una reunión de negocios y se desvía del camino guiado por una fuerza irresistible que lo lleva a la casa que siempre aparece en su sueño.
Al llegar, Elio se encuentra con Aether, un hombre misterioso y atractivo que le recuerda a alguien de su pasado. La conexión entre ellos es instantánea y profunda, pero Aether se muestra reticente a acercarse a Elio, temeroso de la intensidad de su mirada y la familiaridad que siente hacia él.
Nox, el demonio que se sacrificó por Aether en una vida pasada, es actualmente el amante de Aether. Nox no le revela la verdad sobre su pasado con Elio por el miedo de perder una vez más a Aether y el sacrificio que hizo para salvar el alma de su amado.
Aether se debate entre el amor que siente por Elio y Nox y el miedo a la verdad sobre su pasado. Elio, por su parte, lucha por comprender la conexión que siente con Aether y la oscuridad que lo envuelve.
La casa roja se convierte en un escenario de encuentros y desencuentros, de sueños y pesadillas, de amor y sacrificio. Aether debe decidir si se aferra a su presente o se entrega a su pasado, mientras Elio lucha por recuperar el amor que perdió en una vida anterior.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...