Casi dos años sin publicar nada mío, lleno de indiferencia y de hastío. Un año metódico y lento, con alegrías ocasionales que nunca olvidaré, pero lo suficientemente agotador como para pensarme y verme a mí mismo en una situación tan tensa como un accidente de auto, imaginarme con viveza todo y luego tener el descaro de hacer una poesía. He aquí el resultado.
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