ᴛᴏᴅᴏ ʟᴏ ǫᴜᴇ ɴᴏ ᴍᴇ ᴅᴇᴊᴀ ᴏᴅɪᴀʀᴛᴇ | ᴘʀᴏxɪᴍᴀᴍᴇɴᴛᴇ

¡Espérame! Me están escribiendo.

Precuela de: "Todo lo que no me deja olvidarte".

Cada primavera es una farsa, una promesa efímera que la naturaleza renueva año tras año. Las flores brotan, tiñendo el mundo de colores vibrantes, pero sé que su belleza es fugaz, como un espejismo en el desierto. El verano llega con su implacable calor, secando mi alma al igual que la tierra agrietada. Y el otoño, con su melancólica belleza, me recuerda la inevitabilidad del final.

Intento romper este ciclo interminable, este guión escrito por el destino. Lucho contra la corriente, pero es como intentar detener el tiempo con las manos. Mis esfuerzos son tan vanos como las olas que se estrellan contra las rocas, condenadas a repetir el mismo patrón una y otra vez.

Los recuerdos, como hojas secas arrastradas por el viento, vuelven a mí con cada estación. Son fragmentos de un pasado que anhelo y temo a partes iguales.

Una canción, una melodía familiar, el aroma de tu perfume. . . son los hilos invisibles que me atan a ti.

Quiero escapar de tus garras, pero el destino parece burlarse de mí. Cada vez que creo haber logrado alejarme, un recuerdo me arrastra de vuelta a la realidad. Es como si el universo conspirara para mantenernos unidos, aunque sea en la distancia.

A veces, me pregunto si sería más fácil odiarte. El odio es un sentimiento intenso, capaz de consumirlo todo y dejar cenizas a su paso. Quizás, si pudiera odiarte, podría finalmente cortar estos lazos que me atan a ti. Pero el odio es una semilla venenosa que corroe el alma, y no estoy seguro de si tengo la fuerza para cultivarlo.