Story cover for La guía de Seb y Kimi para la crianza de adolecentes by MaxyVerstappenRb
La guía de Seb y Kimi para la crianza de adolecentes
  • WpView
    Reads 1,372
  • WpVote
    Votes 112
  • WpPart
    Parts 3
  • WpView
    Reads 1,372
  • WpVote
    Votes 112
  • WpPart
    Parts 3
Ongoing, First published Sep 13, 2024
Cuando Kimi y Seb se retiraron de la Fórmula 1, decidieron que querían formar una familia juntos. Se instalaron en Suiza y adoptaron cuatro hijos: Valtteri, Max, Charles y Lando. Han tenido a todos los niños desde que eran bebés o niños muy pequeños, excepto Max, que tenía 7 años cuando fue adoptado por el clan Räikkönen-Vettel.

Esto hace que Max se sienta un extraño lo que conlleva a muchos problemas.


Esta historía no es mia, le pertenece a IceMan 7 de Ao3, se encuentra en ingles y yo la traducí.
All Rights Reserved
Sign up to add La guía de Seb y Kimi para la crianza de adolecentes to your library and receive updates
or
Content Guidelines
You may also like
Mi hijo no se toca by AshleyMoa
1 part Complete
Desde que Lando Norris fue adoptado por Toto Wolff, la Fórmula 1 nunca volvió a ser la misma. El rumor empezó como un chisme de paddock: que Toto, el intimidante CEO de Mercedes, había adoptado oficialmente a Lando como su hijo Omega. No porque Lando lo necesitara-tenía una carrera en ascenso y un equipo que lo quería-sino porque Toto se había encariñado tanto con él que ya lo consideraba suyo. Literalmente. Y para Toto, lo que es suyo, no se toca. Pero el problema era que Lando era... adorable. Demasiado adorable para el bien del paddock. Alto, con mejillas suaves, siempre sonriendo, abrazando a todo el mundo, y con un aroma dulce que volvía locos a los Alfas, especialmente cuando estaba feliz (lo que era... siempre). Para los otros pilotos, Lando era irresistible. Max Verstappen intentó acercarse primero. En el hospitality de Mercedes, nada menos. -¿Qué tal, Lando? -dijo con una sonrisa ladeada-. ¿Te gustaría venir a ver una peli conmigo esta noche? Podemos cenar... solos. Toto apareció detrás como una sombra. Max sintió una mano en el hombro. -¿Te gustaría tener una multa de tres ceros? Porque eso es lo que cuesta intentar invitar a MI hijo, Verstappen. Max huyó. Luego fue Charles Leclerc, con un ramo de flores y una sonrisa más nerviosa que encantadora. -Monsieur Wolff, solo quiero llevar a Lando a un café. Nada romántico... -¿Sabes qué más se toma con café? ¡Pastillas para el dolor, cuando termines en el hospital! -gruñó Toto-. Fuera de aquí, Leclerc. Papi Toto al rescate
You may also like
Slide 1 of 10
Mi hijo no se toca cover
Zona de DRS - Kimi Antonelli  cover
Aullidos de un alfa perdido cover
oh, Max!    max verstappen cover
is it over now? - max verstappen cover
Keep holding on | CHESTAPPEN cover
Mi mundo en miniatura  cover
Dejame salvarte cover
MISSION: Encontrar A Los Bebés cover
Max y sus aventuras en el Paddock cover

Mi hijo no se toca

1 part Complete

Desde que Lando Norris fue adoptado por Toto Wolff, la Fórmula 1 nunca volvió a ser la misma. El rumor empezó como un chisme de paddock: que Toto, el intimidante CEO de Mercedes, había adoptado oficialmente a Lando como su hijo Omega. No porque Lando lo necesitara-tenía una carrera en ascenso y un equipo que lo quería-sino porque Toto se había encariñado tanto con él que ya lo consideraba suyo. Literalmente. Y para Toto, lo que es suyo, no se toca. Pero el problema era que Lando era... adorable. Demasiado adorable para el bien del paddock. Alto, con mejillas suaves, siempre sonriendo, abrazando a todo el mundo, y con un aroma dulce que volvía locos a los Alfas, especialmente cuando estaba feliz (lo que era... siempre). Para los otros pilotos, Lando era irresistible. Max Verstappen intentó acercarse primero. En el hospitality de Mercedes, nada menos. -¿Qué tal, Lando? -dijo con una sonrisa ladeada-. ¿Te gustaría venir a ver una peli conmigo esta noche? Podemos cenar... solos. Toto apareció detrás como una sombra. Max sintió una mano en el hombro. -¿Te gustaría tener una multa de tres ceros? Porque eso es lo que cuesta intentar invitar a MI hijo, Verstappen. Max huyó. Luego fue Charles Leclerc, con un ramo de flores y una sonrisa más nerviosa que encantadora. -Monsieur Wolff, solo quiero llevar a Lando a un café. Nada romántico... -¿Sabes qué más se toma con café? ¡Pastillas para el dolor, cuando termines en el hospital! -gruñó Toto-. Fuera de aquí, Leclerc. Papi Toto al rescate