El destino y la suerte eran cosas bastante graciosas. Tendían a trabajar a su antojo. Bajo sus propias leyes. He Xuan entendía eso. Hacía mucho que lo había entendido. Solo una voluntad fuerte podría lograr sus objetivos. Y él estaba listo para tomar venganza y reclamar lo que era suyo por derecho, sin importar sobre quién tuviera que pasar para lograrlo. Incluso si eso significaba que esa persona lo repudiaría hasta el final de sus días. * * * Prohibida la copia, distribución y adaptación de esta obra.