Arlo lleva demasiado tiempo esperando una oportunidad para conseguir la Corona que tanto anhela como para ignorar la propuesta del rey vecino, que le vendió una esclava que podría ayudarlo a conseguir la Corona. Pensaba que lo más complicado de sus planes sería mantener a Astraea viva, que sus enemigos se enterarían pronto de su nueva posesión y harían hasta lo imposible por deshacerse de ella, pero no esperó que la mayor amenaza sería la misma prostituta, quien trajo con su presencia el quiebre que había estado temiendo durante años de su reino. La llegada de Astraea logró que aquellos secretos tan bien escondidos durante años temblasen ansiosos por salir a la luz, que aquellos monstruos que se mantenían ocultos sonriesen desde la oscuridad desesperados por mostrar sus rostros de nuevo. Y ahora deberá enfrentarse al caos que trajo consigo, incluso si la muerte y el dolor la esperan fuera de las puertas de aquel gran castillo.