Chuuya era rata de laboratorio de su hermano, Verlaine. Aparte de estar pasando por continuos experimentos, también sufría de problemas alimenticios, los cuales le atormentaban siempre.
Hasta que conoció a Dazai, un chico que por alguna razón iluminó la soledad que tenía dentro, como si una luz se hubiera encendido dentro de él gracias a ese peculiar chico. Aunque no se dió cuenta a la primera de que Chuuya lo miraba con otros ojos.
Aunque el chico pelirrojo viera al castaño como una persona perfecta, él también estaba pasando por pésimos momentos, aunque siempre trataba de lucir bien delante de él, ya que era el que de peor condición se encontraba.
Cuando las cosas estaban mejorando, todo dió un cambio inesperado.
¡Antes de leer! -> Esta historia no está basada en ningún universo que ya exista de Bungou Stray Dogs, todo ha salido de mi imaginación.
(Por favor seguid leyendo, juro que Dazai deja de llamarle "Chibi" a Chuuya)