La protagonista, Liz, crece en una familia estrictamente religiosa donde el control y la fe son pilares fundamentales. A lo largo del tiempo, comienza a sentir que no encaja, especialmente cuando su familia y la iglesia exigen una obediencia total a Dios y a sus padres. Con el paso de los años, la dinámica familiar cambia: los hermanos se distancian y Liz encuentra consuelo en la escuela, los videojuegos y la música. Cuando su hermano trae a casa a su novia Clara, una chica encantadora que pronto se convierte en parte de la familia, Liz cree haber encontrado una amiga fiel.
Sin embargo, la amistad con Clara da un giro inesperado cuando Liz es acusada de brujería debido a sus intereses en creepypastas. Clara traiciona a Liz, exponiendo secretos íntimos y personales, lo que lleva a que su familia la rechace, juzgándola severamente. Liz se sintiéndose traicionada por quienes más amaba, encontrándose sola y convertida en una extraña dentro de su propio hogar.
Al final, Liz adopta una nueva identidad, "Bad-Child", y con un aire oscuro y desafiante, advierte a los demás sobre las injusticias que ella vigilará, dejando la historia con una sensación inquietante.