- Fantasía - Drama Todo empezó porque un grupo de niños no sabían estarse quietos. Aunque, ¿existe algún niño que no sienta esa imperiosa necesidad de convertir su entorno en un campo de imaginación y libertad creativa? Puede que sí, pero estos niños no tenían en su vocabulario la palabra quietud, ni mucho menos conocían la abstinencia a la hora de aprovechar una oportunidad para crear un juego nuevo. Si había algo que hicieran bien, eso era desatar el caos y olvidar que el resto del mundo existía. Por eso, cuando su abuela decidió llevarlos a gastar sus energías en una pequeña parcela que había detrás de la casa, no fue de extrañar que de pronto la ciudad a su alrededor desapareciera y en su lugar fuesen consumidos por un mundo que prometía más que solo un rato de diversión.