Al llegar casi a la esquina de mi casa, tres camionetas polarizadas y hombres armados se pararon frente a mi...
Y sin explicarme qué pasaba me subieron a una de ellas me amordazaron y me taparon los ojos, estaba por pedir ayuda pero ya era demasiado tarde, mis feromonas empezaron a esparcirse, por el temor y el miedo de no saber qué pasaba, traté de comunicarme con mis alfas por medio del lazo pero los secuestradores se dieron cuenta y me inyectaron algo, empecé a sentirme débil y quedé inconsciente.
Hasta la fecha no fui capaz de vengar la muerte de mi hermana y la de mi mejor amigo, sus muertes no dejan de perseguirme cada noche, cada dia en el que amanezco con vida.