Las verdades en este mundo no llegan como liberación, sino como sentencias inapelables. Solo aquellos que han sido despojados de toda ilusión, que han sentido el filo de la crueldad en su carne, pueden comprender que la verdad, lejos de sanar, es a menudo el golpe final. Con ellas, solo los que han aprendido a sangrar sin morir pueden soportarlas, mientras los demás se quiebran bajo su peso, condenados a existir en las ruinas de su propio dolor. -𝘈𝘯𝘰𝘯𝘪𝘮𝘰-