- ¿Por qué te gustan los amaneceres? - pregunta ella. Ambos recostados al uno del otro en aquella hamaca de madera que se encuentra en el portico, cubiertos con una manta ante el fresco amanecer. - Porque te recuerda que puedes vivir otro día más - ambos hicieron contacto visual, perdiéndose en los segundos que pasaban -. De que puedes... seguir viendo aquello que más amas, un día más. • Nada de copias u adaptaciones. • Historia 100% mia. • Principiante por lo que no habrá una buena ortografía y estructura en la historia.Todos os Direitos Reservados
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