Casíoke había nacido para ser sacerdotisa en un templo ancestral, en una isla tan lejos del mundo, que ella no se imaginaba otro posible, hasta que un naufragio junto a las costas de su hogar la llevaría a salvar al hombre que le estaba prohibido, cambiando su visión de su limitada realidad.
Su isla era conocida como "La Perdida" entre los invasores, pero la acabarían encontrando y ella tendría que salir de allí como esclava, dejando atrás sus raíces, su misión en la vida, su hogar, su primer amor y hasta su nombre.
Casíoke, después Adara, nos narra en primera persona el primer tercio de su vida, de cómo, habiendo nacido bajo la Luna Llena de la Sirena, estaba destinada a la castidad y la magia de las jukar.
Sin embargo, el amor de tres hombres: un príncipe, un oficial de la marina y un pirata, la llevarán a vivir aventuras inimaginables y dramas insuperables. La magia y el amor no son incompatibles, pero sí difíciles. Tendrá que sufrir para mantener su don como sanadora, hasta el punto de ser acusada de brujería por los mismos que invadieron su isla.
Desde su pequeño mundo mágico y tradicional, Casíoke es arrastrada por los vientos marítimos hasta las fauces de un mundo que lo devora todo.
"Desde el día que te vi por primera vez en esa playa, empapada de lluvia, cubierta de sangre de otros, tierra y cansancio, me juré, aún a las puertas de la muerte, que te haría mía"
Su madre fue secuestrada por una nave pirata cuando Irovi aún era joven, desde entonces, se ha dispuesto a la búsqueda de la nave que le arrancó su figura materna y dejó un hueco en la familia perfecta que eran, pero en sus investigaciones se dio cuenta de que no todo era como parece o como su padre le hizo pensar. Con la ayuda de un joven, se dispondrá a cazar a esta tripulación pirata pero las traiciones y los sentimientos nuevos la siguen de cerca.
Esta historia es completamente mía, no se aceptan copias o adaptaciones sin el permiso del autor.