Holly siempre había sentido algo por James, pero nunca se lo confesó. Eran amigos cercanos hasta que Siena llegó y, poco a poco, lo alejó de ella, haciendo que su amistad se desvaneciera sin que James hiciera lo mas mínimo por detener a Siena.
Holly nunca fue del tipo de chica que se destacaba en los conflictos, pero cuando Siena la humilla frente a todos por no tener novio, se ve acorralada. Nunca se imaginó que un simple comentario podría cambiar su vida. Acorralada por Siena en un acto de humillación pública, Holly se ve obligada a decir que tiene novio. Lo que nunca esperó es que Dexter, el capitán del equipo de fútbol americano, interviniera para respaldar esa mentira.
Dexter, luego de haber mentido por ella, le propone un trato: él fingirá ser su novio para mantener a Siena y James lejos, y a cambio, Holly lo ayudará a mejorar sus calificaciones para que no lo expulsen del equipo. Ambos se ven envueltos en una relación que, aunque falsa al principio, empieza a parecer más real con cada día que pasa. Pero mientras el trato avanza, los sentimientos comienzan a cambiar, y lo que comenzó como una simple solución para mantener las apariencias podría ser la puerta hacia algo mucho más profundo.
Kian no sabe exactamente quien es ni quien quiere ser, nada es absolutamente difícil o fácil para él, cree que lo tiene todo, que no necesita de nadie para ser feliz. No cree en el amor, no cree en las segundas oportunidades ni en nada que se le parezca, para él la vida solo consta de dos cosas sus amigos a los que considera familia y su afición por el baloncesto.
Pero, como en todas las historias aparece alguien quien llega para cambiar todas esas ideas, y esa es Leah, la chica que para la secundaria privada de Malibú es una arrogante y una niña que solo piensa en lo material. Pero para ella todo es diferente, se ha tenido que ganar el lugar que tiene en esa escuela, sus padres son personas humildes que viven en otro estado y Leah tiene que trabajar para tener todo lo que tiene.