Lidia Navarro y Aitana Bonmatí no eran la pareja convencional. Ella, una criminóloga brillante, con una mente afilada para desentrañar los misterios más oscuros de la humanidad; y Aitana, una de las estrellas del Barcelona, apasionada por el fútbol y dedicada a la perfección en cada partido. Se conocieron por casualidad, en un evento benéfico, y desde entonces, sus vidas quedaron entrelazadas en una historia de amor que equilibraba la intensidad del trabajo de Lidia con la pasión desbordante de Aitana por el deporte. Ambas tenían carreras exigentes, pero su amor era un refugio, un lugar donde podían ser simplemente Lidia y Aitana, lejos de los crímenes y de los estadios de ruido. Pero la vida, siempre caprichosa, tenía otros planes, y en medio de victorias y derrotas, tanto dentro como fuera del campo, su relación sería puesta a prueba de formas que nunca imaginaron.